incompatibilidades

lunes, 31 de agosto de 2009

Últimamente siento que voy a contramano del mundo. Yo pienso en las vacaciones, en como pegarlas a la licencia para tener más días, en comprar una cuna de madera y pintarla que me sale más barato, en el día que le hagamos Truman Show al poroto y a la gente que me rodea sólo le interesa si el Dow Jones sube o baja. Y a mí me importa bastante poco, por no decir que me chupa un huevo.

Mientras los clientes me siguen llamando para que les haga de soporte técnico para un puto home banking, yo deseo estar en mi casa tejiendo para Agostina, practicando el punto de ochitos calados que no hay manera de que me salga.

Y como mi arroz con atún sentada en este escritorio como todos los días, escuchando Hope of Deliverance por enésima vez (Aspen dejá de repetir te lo pido encarecidamente), mirando boludeces por internet, imaginando los 3 meses que podré estar fuera de este lugar, disfrutando de mis hijos*.

Últimamente siento que estar embarazada y trabajar son cosas incompatibles.

(*) Cada vez que digo "mis hijos" medio que no lo puedo creer. Pero qué bien que se siente che.

potencial accidente en la ducha

miércoles, 26 de agosto de 2009

Cuadro de situación: Joaquín juega en la computadora mientras yo me baño con la puerta semi abierta (por cuestiones de acumulación de vapor y prevención de manchas de humedad). Como siempre, la ropa que me saco queda en el piso hasta que termino y la llevo al canasto de la ropa sucia. Mientras estoy en la ducha, sucede a los gritos la siguiente conversación.

Joaquín: -Mamiiiiiiiiiiiiiiiii!!!!!!!!!!!!!

Yo: -Quéeeeeeee!!!????

Joaquín: -No sabés lo que está mordiendo Titooooooo!!!

Yo: -No Joaquiiii!!! Qué está mordiendooooo?!?!?!?!

Joaquín: -Eso con lo que te cubris las tetaaaaasss!!!!!

el que avisa no es traidor

domingo, 23 de agosto de 2009

Después de algunos días de cuelgue, puedo por fin explicar el motivo de mi desaparición. Por si a alguien le interesa digo.


Hace unos días decía que tenía la cabeza en otro lado. Y vaya si tengo motivos. Es que esta humilde servidora debe informarles que en unos meses será madre nuevamente. Si, por fin Joaquín tendrá su tan ansiado hermanito. Y yo no puedo estar más feliz. Y aunque muchos pensarán que esta historia ya la conozco, les digo que no, que nunca tuve un segundo hijo, que agrandar una familia así moderna como es la nuestra me es totalmente nuevo y que tengo un cagaso que ni les cuento. Todos los miedos que no tuve con Joaquín. Toda la conciencia que no tuve con Joaquín. Así que aquí me encuentro, en un maremoto de sensaciones y de momentos que me son extraños. Y sin embargo feliz.

Mientras escribo no puedo evitar acordarme de Danila, la grosa de Danila, a la que sólo puedo desearle la felicidad que yo estoy viviendo. Y tené paciencia Dani, que lo tuyo es sólo cuestión de tiempo.

Para finalizar, supongo que este espacio se verá teñido de tópicos del embarazo, y si de repente entran y se encuentran con posts acerca de qué pañales son mejores, o si la lactancia materna es la salvación de la humanidad, ya les avisé que estoy embarazada. Y el que avisa no es traidor.

Ah, y por si a alguien le interesa, acá encontrarán un blog 100% pancístico. Serán bienvenidos.

es un buen tipo mi viejo

miércoles, 19 de agosto de 2009

Hoy leí un post de Cory en el que habla de su mamá. Y a mi me dieron ganas de hablar de mi papá.

Con él viví sólo algunos meses, de grande, antes de irme a vivir con el papá de Joaquín. Sin embargo, durante mis primeros 18 años en los que viví con mi mamá y mi hermana, jamás lo sentí lejos. Aunque lo viera sólo los fines de semana. Aunque solo pudiéramos compartir más días juntos en vacaciones, el siempre estaba ahí. Quizás durante algunos años que vivió en Mar del Plata sentí más la distancia física, pero de esas épocas lo que más recuerdo no es el tiempo que pasábamos sin vernos sino lo que disfrutábamos de los viajes y las cartas. Cartas de papel, escritas de puño y letra, despachadas por correo simple. Eso era mágico.

Si tengo que describir a mi viejo se me vienen a la cabeza palabras como, racional, sincero, cariñoso, divertido, talentoso y directo. Tiene una facilidad para la palabra abrumadora, y siempre te canta la justa. Cuando son cosas buenas, y no tanto también. Y hay que aguantar que te digan la verdad en la cara, así, cruda y sin filtros.

Cuando más lo necesité estuvo ahí. Fue uno de los primeros en sentir las patadas de Joaquín, en ver sus ecografías y me llevó a los pedos en un Fiat 125 Mirafiori rojo hasta la clínica, porque a su nieto se le ocurrió nacer justo el día que él venía a cenar con su mujer.

Cuando con mi hermana eramos chicas nos escondía los huevos de pascua en sus botas de lluvia, o salíamos a caminar por el bicho feo, a juntar tilo. Íbamos con él a sus prácticos de fotos con sus alumnos, a la plaza de San Isidro, o a San Telmo.

Es un fotógrafo talentoso, un docente excepcional, y un gran piloto. Un tipo que se reinventa, que se adapta, que aprende y que enseña.

Hoy veo en él al mejor padre que pude haber tenido, y al mejor abuelo que mi hijo podría tener. Sigue siendo certero en sus palabras, al punto de hacerme llorar con un comentario en este mismo blog. Y sé que cuando lea esto va a decir que es demasiado. Pero que se joda, soy su hija y digo de él lo que quiero.

esos locos bajitos

miércoles, 12 de agosto de 2009

A menudo los hijos se nos parecen,
y así nos dan la primera satisfacción;
ésos que se menean con nuestros gestos,
echando mano a cuanto hay a su alrededor.

Esos locos bajitos que se incorporan
con los ojos abiertos de par en par,
sin respeto al horario ni a las costumbres
y a los que, por su bien, (dicen) que hay que domesticar.

Niño, deja ya de joder con la pelota.
Niño, que eso no se dice,
que eso no se hace,
que eso no se toca.

Cargan con nuestros dioses y nuestro idioma,
con nuestros rencores y nuestro porvenir.
Por eso nos parece que son de goma
y que les bastan nuestros cuentos para dormir.

Nos empeñamos en dirigir sus vidas
sin saber el oficio y sin vocación.
Les vamos trasmitiendo nuestras frustraciones
con la leche templada y en cada canción.

Nada ni nadie puede impedir que sufran,
que las agujas avancen en el reloj,
que decidan por ellos, que se equivoquen,
que crezcan y que un día nos digan adiós.

Joan Manuel Serrat


Nota: No me fui, no me morí. Estoy acá. Con la cabeza en otro lado, pero estoy acá.

Joaquín, su mamá y su abuelo

jueves, 6 de agosto de 2009


lunes, 3 de agosto de 2009

Qué ganas de estar en cualquier lugar menos acá. Porque mi cabeza está en cualquier lugar menos acá.

Qué ganas de no amargarme por cosas de laburo. Porque no vale la pena llorar por una pavada laboral.

Maldita sensibilidad. Malditas hormonas. Maldita feminidad.