me descubrieron

Joaquín: Yo puedo tener un blog?

Yo: Que???

Joaquín: Si yo puedo tener un blog.

Yo: Y vos como sabes que es un blog?

Joaquín: El abuelo Jorge me contó. Yo quiero poner mis novedades.

Yo: Pero cómo? De dónde surgió el tema? Cómo sabés que existen los blogs?

Joaquín: Porque los nombran en la tele y vos siempre estas viendo blogs. A veces veo tu blog.

Yo: Vos viste mi blog???

Joaquín: Sí! Puedo tener uno?

Yo: Bueno, el domingo cuando volvamos a tener internet te armo uno.

cuando sea grande quiero ser Joaquín

Joaquín tenía que completar en el libro del colegio:

Palabras que me hacen llorar: Muerte, vacuna, CEBOLLA.

Palabras que me asustan: Monstruo, tarántula, VIKINGO (¿?).

Palabras que me hacen reir: SUMBUDRULE.

medio año, toda una vida

Foto de mi papá que es un grande. Y ya que estoy feliz día del fotógrafo para él y para mi hermana, los quiero. Modo ñoño: off.

fried brain

Hace un par de noches soñé que lo cachaba a mi marido volviendo de un garito. En una mezcla de desesperación, ira e indiganción le preguntaba sacudiendole la ropa, si había apostado (nuestra) plata. Me decía que sí, que había gastado 2400 dólares, pero que no me preocupara porque había ganado 200. Después me desperté.

un poco de historia

Cuando estaba en primer año del secundario una amiga me contó que el día que tuviera un hijo varón le iba a poner Joaquín. Desde ese momento me enamoré del nombre.
Pasaron los años, y cuando estaba a punto de cumplir 18, me fui a vivir con mi papá. Por esa época escuchaba mucho un disco de Sabina que era de él, 19 días y 500 noches. En la canción Pero qué hermosas eran, la letra decía “Aunque eres malo, Joaquinito, te traigo de regalo un regalito”, y a mí me encantaba esa parte. Era el diminutivo más tierno que había escuchado.
No mucho tiempo después quedé embarazada, y con el papá teníamos un acuerdo. El elegiría el nombre de nena y yo el de varón. Creo que el trato fue violado, porque los dos nombres los terminé eligiendo yo. Si era nena se llamaría Agostina, pero no. Fue un hermoso Joaquín. Joaquinito para los amigos.

la fábula de la tomografía paseandera

Había una vez una tomografía computada muy paseandera. Le gustaba viajar y visitar consultorios médicos, porque disfrutaba de los halagos a sus hermosas imágenes. Cuando la ponían a trasluz ella mostraba en todo su esplendor el pequeño cerebro de Sofía, su dueña. Pero un día se cansó de pasear y decidió visitar un último consultorio, el de la Dra. Zuccaro. Era la mejor doctora de cabezas del país, y la tomo sabía que era ella la que iba a decirle las cosas más lindas del cerebro de Sofi. Así fue que llena de entusiasmo una tarde de septiembre mostró por última vez sus preciosas imágenes. La doctora la halagó como tantos otros, pero con amor y compasión, y se lamentó por lo que habían tenido que sufrir ella, Sofi y su familia. Graciela Zuccaro reconfirmó que Sofía no tenía hidrocefalia.
La tomografía estaba feliz, aunque sabía que ahora quedaría guardada en un sobre por mucho tiempo, quizás para siempre. Estaba feliz porque había cumplido su objetivo y nadie más podría hacer sufrir a su dueña. Las palabras de la doctora la habían dejado tranquila, SOFÍA NO TIENE NADA.