to another thing butterfly

martes, 12 de octubre de 2010

La semana pasada, después de más de dos meses de un calvario que no le deseo a nadie, le dieron el alta definitiva a Sofía, en lo que a su "hidrocefalia beninga del lactante" respecta.

La realidad es que Sofi no tiene nada. Todos los médicos que la vieron coincidieron en lo mismo, y el que le dio el alta nos explicó que hay una cuestión de criterios y de terminología que difiere en los distintos profesionales. El pelotudo que nos dijo que Sofi tenía hidrocefalia beninga del lactante y que no podíamos descartar la posibilidad de ponerle una válvula, o de que tuviera retrasos motrices y/o madurativos, evidentemente no tiene ni hijos ni tacto. Lo que tiene Sofía es una cabeza grande, porque la heredó de su papá (y su mamá no se queda atrás tampoco) y un cerebro de tamaño normal para su edad. O sea, si vos pones un par de zapatos tamaño 37 en una caja para zapatillas de basquetbolista tamaño 45, la caja le va a quedar grande. Eso le pasa a mi hija. Tiene un contenedor de cerebro más grande que los niños de su peso y talla. Y entonces? Y entonces nada, el espacio que sobra entre el cerebro y el cráneo se llena de líquido, porque aire a la capocha no puede entrar. Acto seguido algunos neurocirujanos que no tenían mucho que hacer decidieron llamarle a este fenómeno hidrocefalia externa o hidrocefalia benigna del lactante. Un término que asusta para explicarle a los padres que su hijo no tiene nada. Contradictorio, no? Otros neurocirujanos sostienen que ese tipo de hidrocefalia no existe, que para hablar de hidro tiene haber otros síntomas, imágenes que muestren ventrículos aumentados y un montón de cosas que no tiene sentido que siga enumerando.

Cuestión que el forro que nos atendió la primera vez se quiso cubrir y punto. Averigué si podía hacerle alguna denuncia o algo que se le parezca, pero no, no tenemos nada por escrito con lo cual, se la lleva de arriba, y sinceramente no quiero volver a verlo porque lo tengo que cagar a trompadas. Es por eso que lo único que pienso hacer es decirle a cuanta persona se me cruce que nunca, jamás de los jamases vayan a ver a este tipo, empezando por ustedes: Sergio Pampín se llama, atiende en el FLENI y en Fundación Hospitalaria, en Saavedra. Abriendo cabezas quizás sea el mejor del mundo, pero a mí y a mi familia nos cagó la vida.

En cambio si alguien necesita data de nuerólogos o neurocirujanos copados, que te contienen y te explican las cosas, estoy acá para contarles todo lo que sé.

Quiero cerrar este tema acá. Agradecer nuevamente a todos los que se preocuparon, a los que escribieron, a los que sufrieron junto conmigo durante este tiempo. Gracias.

Y arriba los corazones!