Hoy Joaquín fue al colegio sin llorar. Todo un avance. Y por supuesto eso me alegró el día, es como que se alinearon los planetas. El subte llegó a horario, el mate no se tapó y conseguí que me lleven a la Feria del Libro.
Y creo saber que fue lo que hizo de este día un derroche de cosas buenas. Mi hijo se llevó en el bolsillo de su pantaloncito un billete de cinco pesos, todo dobladito, para comprarse su primer pebete de jamón y queso.
Lo vengo diciendo hace mucho. En cualquier momento se me va a vivir solo.
chegusan
jueves, 23 de abril de 2009Etiquetas: el gurrumín, la vida real
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5 comentarios:
Lau, soy una convencida de que los chicos cuando empiezan 1er gardo, ya se fueron de nuestras manos...
Estoy temblando, me falta 1 año...
jajaj
Cory
ay me haces reir!!! pero que lindo que te alegres con estas pequeñas cosas!!! genial
ESO es hacerse hombre.
...para todo lo demás, existe Mastercard...
Cory, hacés bien en temblar. :)
Dani, para mí el pebete de jamón y queso es una clara señal de que de a poco se está independizando de mí. Ya no necesita que le prepare las galletitas que le gustan en el bolsillo de la mochila. Total con $5 se arregla en el kiosquito!
Ay Titi, no le des ideas, que la próxima en vez de un billete de $5 te manguea una VISA Internacional.
Ahora contá la manganeta que te hizo con el vuelto del sanguche..
Muere por el "zanguchito" de jamón y queso. Cuando viajé al Norte le pregunté: Joaquín, que querés que te traiga de regalo?
Mmmmmmhhhh.... un "zanguchito" de jamón y queso!
Es un capo!
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