Mientras hay niños que adoran treparse a todos lados, otros que desesperan por patear una pelota y algunos a los que no les interesa nada en especial, a mi hijo Joaquín le encantan los mapas. Él puede reemplazar a cualquier guía enfermo de Temaikén o del Zoo de Buenos Aires; no sólo que se los conoce de memoria sino que además tiene una interpretación de los mapas y un sentido de la ubicación que creo yo, no corresponde a un niño de 5 años. Dibuja mapas, colecciona mapas, los observa, los analiza y los usa. Se divierte inventando búsquedas del tesoro, indicando a dónde hay que ir con el mapa que te dan en el peaje de la Ruta 2 y descifrando a qué corresponde cada dibujo de un croquis. Además, como está aprendiendo a leer, está en su salsa. Así que ya saben, si necesitan alguien que los acompañe en un safari por el África, le avisan a Joaco y el con un mapita los lleva encantado.
m'hijo el cartógrafo
jueves, 14 de agosto de 2008Etiquetas: el gurrumín, la vida real
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
wow, very special, i like it.
TERNURA
Publicar un comentario