Todos tenemos un chino incendiario adentro

jueves, 21 de febrero de 2008

Resulta que yo vivo en el campo, o sea, del otro lado de la Gral. Paz. A los del campo todo nos cuesta mucho: viajar en colectivo, tener calles alumbradas, tomar un taxi en cualquier esquina, pagar los impuestos y hasta contratar un servicio. Esta es la historia de una ciudadana como cualquier otra (que vengo a ser yo) que intenta contratar un servicio de banda ancha.
Hace ya varios meses, cuando por fin pude contar con una computadora rasposamente digna en mi casa, decidí que poner Internet era un gasto no necesario, pero que definitivamente estaba dispuesta a pagar ya que es algo que me gusta y para algo me rompo el orto todos los santos días en este maldito microcentro, joder. Entonces primero llamo a Fibertel.

- Disculpe Sra. XXXXXX, lamentablemente todavía no ha llegado el tendido de fibra óptica a su lugar de residencia.

Traducción: Vivís en el medio de la nada pelotuda, no pretendas tener un servicio primermundista.

Ok, no podré tener internet por fibra óptica, tendré que someterme al maldito ADSL, pensé. Pero no era tan sencillo. Si bien los que conocen un poco de todo este tema de los distintos tipos de conexión me darán la razón al afirmar que el cableado telefónico en la Argentina es de cuarta, nadie puede siquiera imaginarse el infierno que estoy pasando desde el día en el que se me ocurrió esta feliz idea.

Al encontrarme con la negativa por parte de Fibertel, intenté con Ciudad Internet, que tenía una muy bonita promoción en la que pagando chirolas accedías a un servicio medio pelo, pero más no pedía. Además mi novio (que había trabajado en Ciudad) me dijo que si bien todas las empresas son una mierda, por lo menos esta la conocía. Más vale malo conocido que bueno por conocer, dicen. Así que intenté. Por supuesto, cuando yo quiero contratar un servicio de Internet los telefónicos hacen paro. Es cantado. Logro que me digitalicen la línea. Lo que no logro jamás es que me manden el módem. Todavía estoy esperando. Después de haber llamado unas 30 o 35 veces para putear a todos los telemarketers que se me cruzaron en el camino, pido la baja del servicio y que si son tan amables se vayan a la concha de su hermana.

Tercer intento: Arnet. La tercera es la vencida, me dije. Llamo con toda mi esperanza renovada, casi con alegría de hablar con los chicos del call center de Córdoba. (SIEMPRE me atienden los cordobeces.) La banda ancha de Telecom también tenía una promoción para clientes nuevos, a la cual no pude acceder porque los de Ciudad Internet ya me habían digitalizado la línea. OK, me chupa un huevo, pero dénme el servicio por el amor de Dios! A la semana tenía el módem en mis manos.

De esto harán unos seis meses, más o menos. No hubo un sólo día en el que pudiera estar conectada por más de una hora. A veces ni si quiera puedo conectarme. Hice 15 o 20 reclamos. Amenacé con llamar a Defensa al Consumidor porque estoy pagando un servicio que no me dan. Grité a los cuatro vientos que si no tenía enlace en 48 horas daría de baja el servicio. Y sigo sin Internet.

En este momento en lo único que puedo pensar es en armar varias bombas molotov, ir a la casa de Carlitos Arnet y prenderle fuego todo. Alguien comparte mi sentimiento?

2 comentarios:

Nahuel Altieri Abogado dijo...

Creo q tienen oficinas en la calle Ecuador en Barrio Norte, cuando era mas chico tuve problemas, creo q en mi blog lo refleje brevemente, si, es una mierda total, los q te atienden son unos hijos de mil putas y merecen morir. Asi q si atentas contra Arnet, yo como abogado te defiendo gratis, digo q estabas bajo un brote psicotico y salis al toq.
Saludos.

Anónimo dijo...

Y QUE ESPERABAS DE ESTE PAIS BANANERO?. VENDEN LO QUE NO TIENEN. ESTOY TOTALMENTE CON VOS! , Q SE QUEMEN TODOS :D