En dos días me mudo, dejo Villa Urquiza. Y en seis días vuelvo a trabajar. No tengo tiempo para estar triste porque una mudanza y dos hijos no dejan tiempo para mucho, pero en algunos momentos del día en que me detengo a pensar en el fin de mi licencia y me acuerdo del día que nació Sofi, de las primeras semanas juntas, de lo loca que creí volverme, de lo extremadamente feliz que fui durmiendo siestas con ella en la cama, y se me pianta un lagrimón.
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5 comentarios:
Y si te ponés a pensar que vas a empezar una nueva etapa en una casa nueva, que vas a tener el cole del enano más cerca, que tenés una familia hermosa, se te secan los lagrimones y aparece una sonrisa.
Una de cal, y una de arena. =)
No es para menos!
Qué rápido pasa el tiempo!
Mucha suerte en tu nueva morada.
que no decaiga Lauri, que estamos en la misma.
Yo tambien voy a extrañar las siestas edípicas con el enano.
muchos cambios, y muy movilizantes. pero todos lindos, con nuevos proyectos en camino seguro. besos!
Y Lau?? Como te está tratando la vuelta al laburo?? Ojalá sea llevadero! Esperamos noticias
Besos
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