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Me costó despertarme. Abrí los ojos y seguía lloviendo. La remera de gimnasia de Joaquín no se había secado, las medias tampoco. Salí de casa a las corridas. Cuando esperaba el colectivo me dí cuenta que me había olvidado la bolsa con bizcochitos caseros para el mate. El colectivo nunca vino, tuve que tomar un taxi. En el taxi me doy cuenta que me había olvidado el disfraz que Joaquín tenía que llevar al colegio. Me insulté a mi misma mientras mi hijo me miraba con ojitos desilusionados pero comprensivos. Caminé hasta Cabildo a tomar el colectivo. Lo esperé 20 minutos. Me senté pero a las 4 paradas le dí el asiento a una señora no vidente. Nadie volvió a darme el asiento hasta Olleros. Volví a sentarme, me quedé dormida, me pasé de parada. Retrocedí por la 9 de Julio. Llegué 45 minutos tarde al trabajo. Me prepare el mate con unas galletitas y cuando me siento me doy cuenta que nunca cosí el pantalón que tengo puesto, es decir, tengo un tajo en el costado de la pierna derecha.

Y yo me pregunto, falta mucho para que termine el día?

Update: El cultivo del hisopado de fauces de Joaco dio positivo, lo que parecía sólo un dolor de garganta es una anigina con pus que requiere tratamiento de 10 días con penicilina y 48 hs. de reposo. Y me corrijo, falta mucho para que termine la semana?