wind of change

lunes, 27 de abril de 2009

Es increíble cómo un hecho tan simple, como ver sonreir a un niño, puede cambiarte el día. Claro que ese niño no es cualquier niño sino mi hijo, y la sonrisa me la regaló en la puerta del colegio, lugar donde antes me revoleaba lágrimas a mansalva. De a poco vamos mejorando. Seguimos con la escuelita de Julio Chávez igual. Todas las mañanas le duele algo, y es digno de ver el momento en el que, por ejemplo, le agarra un terrible cólico estomacal seguido de dolor de pie. Dos síntomas estrechamente ligados, no? Es curioso que el malestar le dura hasta que salimos al palier a llamar el ascensor.

En otro orden de cosas, el tema sanwicheril es un hit. El problema es que este chiquito me va a quebrar a mi. Si bien el pebete sale $2, el insiste en llevarse $5, por las dudas. Y cuando le pregunto qué hace con lo que le sobra, me dice que compra otro sandwich, para regalarle a un compañero. En ese momento no sé si abrazarlo y besuquearlo o retarlo por andar haciendo beneficencia con mis pobres pesitos. Pero ya veré cómo resuelvo ese temita.

Por último, se ha levantado la veda de playstation. Contra todos los pronósticos cumplimos a rajatablas con el castigo en casa, y ayer por supuesto se desquitó de lo lindo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Que lindo Lau, todo lo que contas.
Me alegro que el gurrumin, este mas copado con el cole, de a poquito vas a ver que los dolores van a desaparecer, tampoco es cuestion de pedirle tantas cosas.

jaja, me mato la beneficencia!!
Besos, Lau, cada dia me gusta mas tu blog!

Unknown dijo...

jajaj muero por ver su cara de dolor de pie!

laurita dijo...

Voy a poner la camarita al estilo Truman Show. La voy a poner eh!